[Hey! Say! JUMP]Mamoritai
Feb. 5th, 2019 02:19 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Pairing: Takaki/Chinen
Rating: G
Mamoritai
(Protección)
Había algunos días en que Chinen se preguntaba seriamente como hacía a no gritar.
Era apenas salido por la metropolitana, entre lo que parecía ser un millón de personas.
Esa mañana, se había despertado en un humor pésimo.
Tenía prevista una entrevista, y si no hubiera hecho de prisa habría llegado tarde.
Se había lavado a tiempo de record, pues había vuelto a la habitación para vestirse.
Había buscado a Yuya sentado sobre la cama, con aire somnoliento.
Le había saludado rápido, poniendo un beso sobre sus labios, y pues había empezado a sacar sus vestidos del armario.
Había besado Yuya otra vez y se había corrido hacia la puerta; acababa de salir, cuando el mayor lo había alcanzado.
Chinen rechinó sus dientes.
Yuya había insistido por cinco minutos antes que Yuri capitulara y pusiera esa maldita bufanda.
“Es marzo, Yuri, va a hacer seguramente frio. No quiero que te enfermas.”
A veces, Chinen se preguntaba si tenía un novio o una segunda madre.
Todavía era tarde, y no tenía tiempo de perder en inútiles discusiones.
Le había quitado la bufanda de manos y había salido, su humor peor de cuando se era despertado.
Y mientras era sobre el tren, donde había apenas el espacio para respirar, había muero de calor.
Cuando la entrevista había terminado, cogió el móvil, revisando si tenía llamadas o correos.
Había un correo de Yuya, y fue tentado de ignorarlo, fingir que no lo había visto, pero en fin cedió.
He visto las predicciones, dicen que más tarde va a hacer frio. ¿Has visto que he hecho bien a hacerte poner la bufanda?
Yuri mordió su labio.
Sabía que habría tenido que enfadarse.
Aún tenía calor, y la lana de la bufanda escocía su cuello.
Todavía, no obstante su irritación, el mensaje de Yuya lo hizo reír.
No lo hacía a propósito. No quería ser molesto u otro.
Solo, se preocupaba.
Sì, has hecho bien Yuuyan. Soy afortunado a haberte pensando a mí.
Envió el correo, concediéndose una mueca por el tono peñazo del mensaje.
Pero agarrándose la bufanda, no puso evitar de sonreír.