vogue91

Personaje(s): Kreacher, Ariana Dumbledore, Poppy Pomfrey, Gellert Grindelwald, Salazar Slytherin, Magorian, Fenrir Greyback
Pairing: //
Rating: PG

Ansiedad es el vértigo de la libertad

El dolor de la obediencia

Kreacher obedece siempre a los órdenes de su joven amo.

Kreacher hace todo lo que se le pide.

Pero... quedarse mirando mientras él pierde la cabeza, mientras se acerca peligrosamente a esa agua negro, de la que no se ve el fondo, le hace tener gana de ir contra las reglas, de volver detrás, de ayudarlo.

En vez es obligado a observar el macabro espectáculo de su dolor, que se consuma bajo sus ojos.

Kreacher es un buen elfo doméstico.

Pero sin su joven amo Regulus, nada tiene sentido más.

Pero Kreacher obedece.

Siempre.

Y escapa de ese dolor, como le ha sido ordenado.

El dolor del fin

No siento dolor.

Solo un extraño sentido de paz.

Miro mis hermanos, y miro ese monstruo que demasiadas veces se ha mascarado de amigo.

Lo odio.

O, quizás, odio mi misma porque realizo de ser como él.

Sus miradas sorprendidas se posan en mí, recordándome mi cara cuando he golpeado mamá.

Quiero llorar. Yo no quería. Y ellos tampoco.

Albus se acerca, pero es demasiado tarde.

Cayo, exánime, cerrando los ojos.

Querría decirle que no es su culpa, pero la vida me está abandonando.

Una inútil, malsana, nociva vida.

El dolor de la muerte

Me había siempre gustado mi trabajo.

No esa noche.

Esa noche no veía quemaduras causadas por pociones salidas mal, o heridas graves, égida de encantamientos inexpertos.

Esa noche, había llegado a visitarme la Muerte.

Dolor y sufrimiento pasaban bajo mis ojos, casi indiferentes a lo que sentía enfrente a ellos, como si solo fuera allí para conceder sus deseos.

Fallaba, enfrente a cuerpos que ya no iban a abrir los ojos.

Corría, tratando de seguir sus almas, pero estaba demasiado rápidas por mí.

La Muerte impregnaba ese lugar. Y yo me había quedado sola a contrastarla.

El dolor de la ausencia

Traicionado.

Traicionado pensando que por ti pusiera ser más importante de todo.

Pero no has quitado de acusarme de la muerte de tu maldita hermana, solo para no tener que admitir que la varita que había echado el golpe mortal podía ser la tuya también.

Río de ti, río de la frenesí con que quieres erradicarme como si fuera una raíz envenenada.

Las paredes de Nurmengard se aprietan a mi alrededor, pero no me doy cuenta.

La única cosa en que puedo pensar es que tú has tomado tus decisiones.

No te odio por eso. Pero sufro.

El dolor de la venganza

Miro estas paredes con una sonrisa maléfica en los labios.

Cerro brevemente los ojos, y mi mente vaga hacia los cadáveres de asquerosos sangre sucios que aquí van a yacer, como recordatorio para mis estúpidos compañeros, demasiado condescendientes con esa vergüenza del mundo mágico que son los sangre sucios.

Van a pagar para ser nacidos, con su inútil y mísera vida.

Para haber infectado las paredes de la noble Hogwarts.

Saludo el basilisco, el arma que me va a donar la victoria.

Me alejo rápido, acompañado del eco de gritos que aún tienen que llegar, que pero no tardaran a impregnar esa cámara de pura agonía.

El dolor de la rendida

Su voz, llena de rabia.

Sus ojos, de dolor.

Mi gente y yo estábamos sufriendo su ira incontrolada, sin reaccionar.

Hasta que no realicé lo que nos estaba pidiendo.

Nos pedía de traicionar todo lo en que creíamos, todo lo que profesábamos.

De volvernos en esclavizados.

No me gustaba que me dijeran cobarde, era mi justificación.